(Poemas para Alejandra, mi Madre)
Hoy la recuerdo
con mi chalina
abrazada al viento,
y mis papeles recostados
en los surcos del alba,
pero más que los surcos
mis huesos desafían
a mis cansados pasos,
el pan escasea
me duele el alma.
Tantos rostros olvidados,
ausente los compañeros
sin puerto de llegada
ni brazos de espera,
mi barca de papeles
con sus letras tristes
hoy empieza a surcar
nuevos linderos.
Y Alejandra, mi madre andina
debe estar tiritando de frío
sus muñecas, acaso lloren
sin el pan de azúcar
ni manos que la acaricien.
Toda ella, como una oración
nunca dejó de entregarme
a los ojos de Dios.
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